El perfil previsto, aunque el nuestro se quedó sin los Bígaros.



ÉSTA ES LA DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO DEL 2014


«Comienza la aventura en Pola de Somiedo (697m). Pola, es la capital del concejo de Somiedo, por donde discurrirá íntegramente la prueba.

 

 
Pola de Somiedo, La Peral, Braña Viecha, Sta. Mª de Puerto, Valle de lago, Lago de Valle, Farrapona, Bigaros, Saliencia, Arbeyales, Valle de Lago y Pola de Somiedo. Una gran vuelta de 86 Km.


Esperan 86 kilómetros repletos de parajes sorprendentes, que sin duda provocarán el asombro de tod@s aquell@s que no conozcan la zona. 86 kilómetros no exentos de dureza con casi 9.450 metros de desnivel acumulado, pero sin ser un trazado extremadamente técnico.



La salida se efectúa desde el centro del pueblo, y tras un corto callejeo, la carrera se dirige en ascenso  pasando por los de Gua y Caunedo, por la llamada Senda de la Escrita, hacia el pueblo de La Peral (Km 7.5, 1350 m), donde está el primer avituallamiento (líquido). 

Se asciende hasta la Collada la Enfestiella a 1.730 m, de la que en bajada se alcanza Braña Viecha. Nuevo avituallamiento líquido en el Km 18 a 1.400 m, para encarar el ascenso al Cornón.





Primero se corona el puerto de las Cerezais y a continuación, una fuerte pendiente que sube a Sierra Pelada y el tránsito por el Cornón, nos conduce hasta el punto más elevado del recorrido, 2.188 metros, que se corona en el Km 24.

Se inicia entonces un suave descenso hasta el Puerto de Somiedo (1486 m, Km 31.5). Primer avituallamiento sólido, para reponer fuerzas y seguir hacia otro precioso tramo de cordillera. Por la ladera sur de ésta, el trazado busca cruzar hacia el norte y lo hace por fin en el Alto del Muñón (1.860 m) para emprender la bajada, pasando por la sorprendente Braña de Sousas, con sus peculiares construcciones de piedra hasta el pueblo del Valle del Lago (1.280 m, Km 42), donde se dispone de un buen avituallamiento y una consigna con la bolsa que los corredores hayan querido dejar en manos de la organización. A estas alturas, se ha pasado ya por la cota máxima, pero aún queda por delante un recorrido muy duro, con un perfil muy quebrado que pondrá a prueba las piernas.

Tras reponer fuerzas, se asciende hacia el Lago del Valle, un corto tramo de carretera mientras se sale del pueblo y un precioso sendero nos encamina hasta el Lago. La refrescante imagen y el paso por la fuente, nos aliviarán la siguiente subida. Por la pista Pr-As 15, nos dirigimos hacia la Farrapona (1.707 m, Km 56), pasando primero por la zona de los conocidos Lagos de Saliencia.

Se inicia desde aquí, todo el transito por el valle de Saliencia. Una montaña rusa vertiginosa que dará a la prueba una dureza considerable. Vamos a por esos últimos 30 km, ascendiendo nuevamente por encima de los 2.000 metros. Se asciende a los Bigaros y se baja al Puerto de la Mesa, justo en la frontera con León.


 



 Se baja un corto tramo por el Camino Real de La Mesa y al llegar a la Braña La Mesa, se abandona para adentrarse en uno de los tramos mas “guapos” de todo el recorrido, la Foz de Arroxos. Por ella, se llega a Saliencia (Km 63,5) donde podremos avituallar otra vez y continuar en descenso hacia Endriga, donde comienza un nuevo puerto, que pasa por la majada del Cuérrago y se corona en Braña La Corra, desde donde se desciende primero a la Braña de Arbichales y luego por la “guapísima” Foz de la Guérgola, hasta el pueblo de Arbeyales (km 71´5 y 1.034 m).

Aquí podremos reponer líquidos para seguir adelante por un antiguo camino recuperado por la organización con la colaboración del Ayuntamiento. Culminamos el transito por esta maravilla de camino en una carretera, con un tramo de 500 metros que nos lleva hasta la última subida, que conduce de nuevo al pueblo de Valle del Lago.


 
Nuevo avituallamiento en Valle de Lago (Km 78.5) y desde aquí, la gloria nos espera en la meta de Pola de Somiedo. Tan solo 8 kilómetros más adelante, en continua bajada, nos encontraremos con el merecido reconocimiento del público a un extraordinario esfuerzo.» 

(Organización)




Nuestro recorrido real, tuvo la particularidad de tener un cortocircuito entre la Farrapona y Saliencia, de igual kilometraje, pero con todo el tramo, en desnivel descendente y por asfalto. La causa de ello, fue una fuerte tormenta que estaba cayendo en ese momento, y que no pudieron evitar a los corredores que ya se encontraban en lo alto de los Bígaros, y a los pobres voluntarios, que tuvieron que soportar, -impasibles-, el tremendo aguacero y la gran cantidad de aparato eléctrico que lo acompañaba.

Por una parte, lamentamos, el habernos perdido tan interesante tramo, pero dadas las circunstancias de carrera, y los mordiscos que nos venía "dando el osito" por detrás, tal vez, fue la única solución para que pudiésemos entrar dentro del tiempo de corte, que hasta ese momento no tenía más que un márgen positivo de 30 min. 

Es un regalo envenenado para un amante del ultratrail, pero fue un cortocircuito obligado por la organización y por causas meteorológicas. Si lo hubiésemos tenido que hacer, ahora estaría en nuestras retinas, y el tiempo perdido, tal vez, hubiera sido recuperado en los tramos restantes, al habernos generado una mayor cantidad de adrenalina para evitar el "zarpazo del osito". 

La carrera, la puedo dividir en dos partes, cada una con su tormenta y su hipotermia incorporada. En la primera, mis pies funcionaron al principio, por efecto del diclofenaco, y desde la última posición al poco de salir, por cambios de ropa inoportunos, nos pusimos a adelantar a corredores, hasta llegar a 53 contados. Con Uxúe Fraile, "no pudimos"..., que al final acabó la prueba con 11:04 horas, 14ª de la general, (imposible)... pero adelantamos a 6 corredoras, (varias veces a Arrate, 2ª de la Gral. Fem.) y a las 2 que no adelantamos (Laura y María), las tuve durante más de un kilómetro a 50 m., esperando la reacción de Paqui, para que pudiera dejar su impronta de "makinorra", aquí, en Asturias. 

Pero Paqui, no me seguía en las cuestas. No se encontraba fuerte, como en otras subidas y en otras ocasiones. Iniciamos la subida al Cornón, y empezó a caer una lluvia fría, no muy fuerte, pero que no paraba. Y próximos a los 2.000 m de altura, la hipotermia actuó con nosotros como el "tío del mazo". 

Tardamos en reaccionar, y ponernos cortavientos, guantes y ropa de abrigo, y cuando dijimos a hacerlo, ya estábamos tiritando, con nuestras manos semicongeladas agarrando los bastones en una subida infernal. Cuando ya, te das cuenta que no tienes más remedio que hacerlo, y que puedes quedarte allí para siempre, tus manos están torpes, apenas puedes hablar y tus piernas se quedan casi tiesas. La carita de Paqui, en medio de la niebla y la lluvia, era todo un poema...

La Visión de Somiedo al Este y al Oeste es la de dos muros, prácticamente infranqueables.

Poco a poco, vemos como, una a una, todas las chicas y la mayoría de los 53 corredores nos adelantan, bien equipados para lo que estaba cayendo, y con un fuerza bestial. Y nosotros, bloqueados, sin poder casi ponernos los guantes.  Fue horrible, y muy lamentable.

Superado el Cornón, tocaba recuperarse... 31 km para encontrar el primer avituallamiento con algo de sólido, y nada del otro mundo: Nubes, geles, cacahuetes con pasas, plátanos y naranjas. Nada caliente para salir de la hipotermia. Paqui, suspiraba por un mísero caldito calentito, aunque fuese de tetrabrik. Por fortuna, el día se aclaró, salió el sol, llegando en algunos momentos a ser incluso molesto, y tocaba recuperarse.

El trazado en el Collado Muñón y la Braña de Sousas, era corrible, y de nuevo, entramos en calor. Aunque cada vez, JuanMa, era menos JuanMa..., pero Paqui, se iba recuperando y tomando el mando del trote. Yo dejé de ser "Varilla Pikona", y ella, tenía que irse parando, de cuando en cuando, para que el "Papi Coletas" no desapareciera de su contacto visual.

En Valle del Lago, Km 42, termina la primera parte. Las zapatillas me estaban matando, y el poder tener allí otras más cómodas, (unas Sálomon XTSLab IV, aunque con tacos pequeños y gastados), calcetines nuevos y vaselina, me da un respiro, para que mis plantas no se llenasen de ampollas. A pesar de ello, la fascitis empieza a hacerse evidente, y ya los antiinflamatorios no tendrían el efecto supresor que tuvieron al principio, haciéndome las zancadas restantes poco satisfactorias, con un poco de dolor en cada pisada, por el tiempo transcurrido, las piedras y el mal calzado elegido para esos primeros 42 km. Ya, tarde para lamentaciones.


El lago de Saliencia, es precioso. Según la hora y el cielo, puede verse de múltiples colores.

La segunda parte, comienza con unas vistas preciosas de los lagos glaciares de Lago del Valle y de Saliencia, viendo como poquito a poco, el cielo se convierte en amenazante, y poco después, pasando de la amenaza a los hechos, conforme vamos subiendo hasta el puerto de la Farrapona. Allí, nos escontramos a los últimos 5 corredores que nos han adelantado, retenidos por la organización, que está tomando una decisión en función de lo que le van contando los voluntarios desde la cima de los Bígaros. 

Amanecer desde el camping de Pola de Somiedo. Las nubes se rasgan en las montañas y el agua cae sin avisar.

Deciden que los siete (sólo habría 1 ó 2 por llegar al puerto de la Farrapona sin haber abandonado), evitemos esa subida y nos encaminemos a Saliencia por la carretera, sufriendo toda la intensidad del aguacero y los rayos en ese tramo, donde al menos, estuvimos resguardados del viento racheado que sufrieron los que tuvieron que crestear la cima.

Llegamos a Saliencia y volvemos al trazado previsto, ya hasta el final. Ya no tendremos más lluvia, pero el agua, ha dejado su presencia en el camino, y en la bajada de la Braña de la Corra hasta Arbeyales, me regresan los "fantasmas" de la Ehunmilak. 

Esta vez, venía "preparado". Ninguna carrera más en el norte... sin bastones. Le dejé los rígidos a Paqui, y yo me quedé con unos telescópicos que, por desgracia para mí, no fui capaz de fijar con la suficiente fuerza para que no se replegasen en el momento de más necesidad. La primera caída fue sobre hierba mojada... muy suave. No pasó nada. El bastón derecho se replegó y hubo que tensarlo, para seguir con la misma bajada de vértigo, con tramos de más del 30-35 % de pendiente.