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sábado, 20 de junio de 2015

EN BUSKA DEL VALLE ENKANTADO. (5-11-2014)


«EN BUSKA DEL VALLE ENKANTADO.»
 


 ¡¡Hola... !!!

Tengo que decir que este post y mi trayectoria en el Genal, están dedicados a una amiga, conocida por internet, que vive desde siempre encerrada en sus piernas de cristal. Ella, me impulsó a correr este ultratrail en "libertad y sin miedos"... A ella, Tania Riquelme, le dije que «-Iría en mis ojos y piernas... Que, a través de mi escritura y de las fotos, que sintiera esa misma libertad, junto a mí...»


 Imagen primera y última. Un OK grandote a todo lo vivido, risa, llanto, sufrimiento, decepción, convivencia, amistad...¡¡¡ Ha merecido la pena... Y mucho !!!

Del Genal no puedo decir más de lo que ya han dicho mis compañeros de carrera...

Desde el punto de partida, fui inconsciente, para realizar la aventura... Por eso, ha sido para vosotros...  Papi, decía que «no sabíamos lo que se nos venía encima». 

Yo miraba el Valle desde la ventanilla del coche de Alfredo, y gozaba con las vistas e impresiones compartidas dentro de esa "nave" de viaje, dónde, cada uno con su lokura, dejaba volar la imaginación... y, sin saber ¿cómo sería la realidad por la mañana?... ¡Quedaban sólo unas horas para descubrirlo!


La entrega de dorsales y la firma de descargo de responsabilidad con Jordi Évole, en plan Klub de la Komedia. Así, da gusto que te traten.

 
Ya en Benarrabá, se disfrutaba el buen ambiente deportista, la tensión previa a la carrera: el registro, la entrega de dorsales, las pulseras puestas para fichar en cada avituallamiento, controles horarios. Nos encontramos con las otras kabritas llegadas al pueblo por la mañana: Cris, Rafalín, el Moro e Isra, nuestro Paecito.


 La expedición al completo. Todos sonrientes, todos encantados con lo que nos esperaba vivir. Y eso que con la dureza añadida, no era ningún "moco de pavo".


Queríamos muchas fotos de ese momento. Estábamos todos juntos con un mismo fin: disfrutar. Fuera lo que fuera lo que viniese, sería compartido: el sufrimiento y la alegría, la derrota o los triunfos... Daba igual... Ya éramos valientes al estar allí, sólo con participar. La incógnita estaba aceptada...

Nos preparamos para pasar la noche y descansar lo que pudiéramos... que fue poco, porque... entre "callos con garbanzos" andó el juego... y el "fuego de inquietudes" intestinales de mis dos "hermanos de arriba", que como ya sabéis, ni durmieron, ni dejaron dormir... (que se lo digan a Pakita).



Los 7 magníficos, con sus ekipos puestos y preparados para la aventura. Cris nos dio a todos el Visto Bueno, como si fuera una madre que despide a sus hijos en la puerta del kolegio.


Preparados en la salida, la "Tortuguilla Cris" fue revisándonos mochilas, frontales, bastones, cierres... Ahí empezó a cuidarnos, y a querernos hasta el final... ¡¡Bendita persona!!  Quedó patente y latente el amor que se tenía la pareja, y de pueblo a pueblo, el regalo de ese amor se repartía para el corazón de los demás... (¡Soy romántica...! ¡¿Qué le vamos a hacer?!)

¡¡¡¡PUMBA!!!! ¡Pistoletazo, y a la faena!



Eva y su Papi, con toda la pasión interior reconcentrada para irla desliando a todo lo largo de los 125 Km que en teoría nos estaban aguardando desafiantes a nuestras quebradizas rodillas.


Todos, sabíamos nuestro cometido... 
-Papi llevaría a Isra "de la mano" hasta el Km 40, y allí, "cambiaría de mano" a la mía.
-Paki, a ser posible, a "comer perrakas" y coger podium.
-Daniel Sam y Rafalín, a terminar y ser finishers, junto con Alfredo, que sabíamos que lo conseguiría sobradamente.
- Y yo, con cabeza, para llegar hasta el final, a ser posible, y sin más lesiones que la que llevaba.


En el primer avituallamiento, en lo alto del kastillo de Gaucín. Hasta ahí, todo perfecto, el grupo kompacto, y cubriendo perfectamente los tiempos y el expediente.


No puedo desmenuzarlo todo, como a mí me gustaría, porque, tal vez, os aburriría. Hay mucho que contar... Pensar que son dieciséis pueblos, y 18 horas y media las que corrí, absorbiendo todo lo que el Valle ofrecía a nuestros sentidos.


Te parases donde te parases, el Genal es precioso. Sus vistas y perfiles, magníficos. La naturaleza, aunque pasada por la mano del hombre, desbordante. Si uno no se paraba más a grabar los recuerdos para siempre, es porque el control horario actuaba de "Tío del mazo".


Pensaba escribir todo lo vivido, transmitir, palmo a palmo... Pero es imposible... Muchos recuerdos, quedarán en mi memoria para siempre... sobre todo, los de mis compañeros, pero quiero hablar de las cualidades de cada uno...


Salida desde el avituallamiento de Jubrique en dirección al Jardón. Paecito aún contaba con la ayuda de Papi en las kuestas que se le atragantaban, gastando ya sus últimos kartuchos, antes de iniciar su gesta en solitario. La rodilla de Eva, aún estaba aguantando.
 
De Papi, su valentía y fortaleza, no sólo de su lucha personal, sino de llevar la carga de los demás, tanto física como psicológica...


El Moro y la Paya, celebrando cada cuál su propia victoria. No todo puede resumirse en un adjetivo y una medallita. Las 48 horas de vivencias guardadas en conexiones sinápticas, si se desplegasen al exterior, ocuparían, tal vez, medio universo.

 

En Dani, su cara, era el espejo del sacrificio, del esfuerzo, del sufrimiento... a la vez que de la furia porque el Valle no pudiera con él. Era un debate contra sí mismo y contra la dureza de los últimos pueblos.


Apoyada en el hombro de Rafalín, el hombre que convertía el sufrimiento en humor y energía positiva.


De Rafalín, el buen humor, y la combustión de un diésel inagotable, nacido para el ultratrail, llenando los senderos de risa y de frescura.



Accediendo con Alfredo al Kastillo de Gaucín. No es tonta, la Eva, y sabe arrimarse a hombretones grandes y fuertes, por si tiene "algún desvanecimiento"... Jejejejé!!!


Alfredo, es un chiquillo grande, de corazón inmenso... Un "acorazado" en el que resguardarse.




Looking back. Cuando miras hacia atrás es porque te preocupan los miembros del grupo que no están en las mejores condiciones y acompasas tu ritmo al de ellos. Cuando actúas bajo el Looking forward, sólo estás pensando en ti mismo y en tu victoria. Las kabras mezclan ambos modos de mirar y todo se hace bajo el prisma de la humanidad y de la comprensión.


De Paquita, ya lo he dicho muchas veces: madurez, valentía, grandeza... que crece en una bella fragilidad, pero de la cuál emerge una fuerza que le hace ganar confianza con los kilómetros y que va quemando terreno para "comer perrakas" y terminar, casi siempre, regalándonos la dicha de verla en el podio, con timidez y dulzura, recogiendo el fruto de su victoria peleada.


Cris, no quería resignarse a un comportamiento meramente pasivo. Al menos en un trozo de la ruta, hasta llegar a Pujerra, no fuimos 7, sino 8, las kabras que korríamos por el Genal. Y como siempre, un lujo, de tenerla a nuestro lado.

 

Cristina, es voluntad, ternura, entereza... Tiene la concentración necesaria para llevarnos a todos y hacernos llegar su sonrisa y las chapetas coloradas en su tez blanca, las cuáles llevará grabadas junto a sus abrazos siempre. Te queremos, después de esto, aún más si cabe, Tortuguita.



A Paecito le leímos seriamente la kartilla. En ningún momento se machacaría tirando del grupo para petar en el Km siguiente. Así que se controló desde la salida, y esta vez, igual que todos los demás, salvo nuestra narradora, le cortó la kabellera a su primer ultra, y nada menos que en el Valle del Genal.



Me falta Israel "Paecito". Este hombretón confirma lo que yo siempre he dicho:  «Que si superas las barreras mentales, el cuerpo puede hacer lo que la mente le ordene». Paecito tiene que tener una mente de acero, porque en el corazón sabemos que guarda amor y respeto hacia el prójimo...


 El arroyo-sendero de subida a Genalguacil. Un arroyo mágico y precioso, donde Eva empezó a tener los primeros síntomas ya serios de molestias en sus rodillas. Ahí, todavía le funcionaban las andanadas del diclofenaco, y pudo seguir, muchos Km más, hacia adelante.

 
El pequeño gran amo del Genal, nos ha dado a todos muchas sensaciones para disfrutar... Hemos reído, a la vez que hemos llorado con su hazaña. Ha demostrado, en el mundo del ultrafondo, que no hace falta hacer musculitos ni doparse, sino creer en si mismo, e ir matando por el camino los fantasmas de la derrota, para conseguir, lo que te has propuesto. Aunque ha prometido ponerse un pelín a dieta.


 Si esto no es gozo y felicidad, que venga Dios, o Alá, o Buda, o San Pito Berenjeno y lo vea...


Mi médico, me decía el otro día: «-Eva, me cuesta entender cómo se disfruta lo que me cuentas...» Le contesté, que «-Sí, se disfrutaba, pero era más el aprendizaje obtenido para tu vida personal, pues, cada una de estas personas, con su vivencias y cualidades, van enriqueciendo la mía, obligándome a que estudie en mi interior. Aparte, la dureza sobrellevada de la carrera, te hace aplicar lo aprendido en tu día a día, sacando fruto a todo en conjunto.»



Los últimos tramos con su Papi de protector, antes de llegar al cierre del bucle de los Riscos de Cartajima, donde la dejó a su suerte, con más certeza de abandonar que de continuar. Pero, con mucha madurez al encajar el golpe y la decisión, para que el daño no se apoderase del futuro inmediato. A veces, una retirada a tiempo, es una victoria, y si encima, se vive lo que se vivió, el punto de abandono, sabe también a Finisher, si se tiene en cuenta, lo que se ha logrado.


¿Os parece poco lo que puede aportar un ultra?... Sin hablar de miles de anécdotas para el recuerdo, como el burrito de Alpandeire, las fotos de postal de Castaños en vivo de Pujerra e Igualeja, los dulces aportados por los lugareños, el calor y los vítores de todos los pueblos, por igual... Gente buena. 


El burro de Alpandeire, se tenía por fuerza que hacer amigo de Eva.


El ánimo, sueño e incertidumbre compartidos con las mujeres, parejas de otros corredores como la simpática Ana Belén, los miles de abrazos y palabras de ánimo de tantos corredores y hermanos de fatiga...


No sabemos cómo se llama, pero estamos seguros que guarda un recuerdo indeleble de Eva, y si por él fuera, se vendría a vivir a Kórdoba enkantado, y ser para ella lo mismo que su Nukita.



Creo que contesto a la pregunta de mi médico con suficiente argumento: Convivencia, compañerismo, compromiso, con... tu mano, JuanMa Pedrosa, y con la mía, de la cuál iré siempre que tú quieras y me dejes, porque te respeto, aprecio y valoro.


 Papi, está contento con su Eva, Y con su Isra, con su Rafalín, con su Dani, con Alfredo, con Cris, con Paki. No pudo conseguirle la medalla de Finisher, porque la organización se portó un poco cicatera con todos los que abandonaron. En el Genal no se abandona por kobardía, sino porque no puedes, tal vez, luchar contra los elementos. Eva no pudo con las molestias de su rodilla. Los antiinflamatorios ya no le daban resultado. Pero ella, es Finisher para todos nosotros. En Bandoleros podrás resarcirte, y Papi, también estará allí para verlo.


Todo esto te aporta un ultratrail. Valores... para ser mejor con los demás... paso a paso, zancada tras zancada...

Agradezco a todas las kabras y amigos que se quedaron, el apoyo y preocupación por mis rodillas y por todos nosotros.


La kara agridulce del que lleva una felicidad y una pena que le come al mismo tiempo. ¡¡¡Ánimo Eva. Que esa rodillera no reprima tu fuerza, y tu vitalidad salga a borbotones!!!


 
Me despido de ultras hasta el próximo, que será el de las Sierras del Bandolero. Allí, casi 20 o más kabras, van a dar, seguro, muchísimo que hablar.

OS QUIERO... ¡¡¡SOMOS UNA GRAN FAMILIA!!!  Hasta pronto...

EVA MARÍA BLASCO.


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