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sábado, 20 de junio de 2015

EL GENAL, UN VALLE KE DEJA HUELLA (3-11-2014)



«LA LUZ, AL FINAL DEL TÚNEL».




Ha sido un puente de San Rafael "especial", con uno de los mejores “regalos” que recuerdo.

Salimos el Viernes, por la mañana, de avanzadilla, y ya se notaba que iba a ser una gran fiesta. 


Comimos estupendamente, para variar. Recogimos nuestros dorsales y ya, nos unimos al resto de kabrillas.





 EL 45, tres niñas bonitas juntas, la rubia, la valiente y la ultrera. El dorsal es el pasaporte a la gloria, el salvaconducto al paraíso, el legado de los luchadores que entran en liza en la batalla.




Nos levantamos tempranito, después de una noche movidita, con "ruidos y movimientos extraños"..., y nos encaminamos a la salida en Benarrabá.



Una vez en carrera, ¡¡todo alucinante!!: ambiente, compañerismo... dejando que los “expertos” nos guiaran, y siguiendo sus consejos para intentar terminar la prueba.


En Igualeja, nace el río que le da nombre a un Valle de leyenda. Partimos de su salida del valle en busca del Mediterráneo, ascendemos a su cuna y volvemos al punto de partida, serpenteando por todos los pueblos que desde las laderas lo saludan.

La carrera transcurre por un marco incomparable de pueblos, rodeando un Valle espectacular de Castaños, arropándolo en todo su esplendor... cada sitio por el que pasábamos, el amanecer... Faltaban ojos para mirar e intentar retenerlo todo.



Fueron pasando las horas, y poco a poco, nos fuimos separando un poco y formando grupos.

Quiero rememorar, uno a uno, a todos mis compañeros de expedición:



Las 2 kabrillas legionarias en la expedición de Aníbal contra el Imperio romano. Dos gladiadoras con la coraza, el escudo, el peto y la loriga incrustadas en la piel, curtidas en mil batallas.




PAQUI, ¡espectacular!, ¡cómo corre!, de menos a más, con su correr elegante, tiró en el último tercio hacia adelante, porque tenía posibilidades de trofeo y medalla, que al final consiguió, y de lo cuál me alegré, porque vi cómo luchó y cómo lo dio todo. Es una "pedazo de Ultrera".



Papi, en el balcón de Genalguacil, con unas vistas impresionantes sobre los cuatro puntos cardinales. Ya estaba el sol colocado para darle calor al "VerOño" y los ojos en la transición de los frontales a la necesidad de las gafas oscuras.


JUANMA, ¡impresionante!... Después de ayudarnos en todo lo posible, se marchó hacia adelante para ayudar a Paqui, que se estaba quedando sin baterías para el frontal, y le ayudó a conseguir su trofeo... Y se fue, como si acabara de empezar la prueba, cuando llevábamos más de doce horas de prueba. Nos dejó “arropaditos”, nos dio un “beso de buenas noches”, y se marchó "a tumba abierta". 



Alfredo se apunta a una selfie del Amanecer del Genal. buscando sus pueblecitos y casas de labor perdidas por las pendientes del Valle. En cada punto del mismo, hay un microclima único que va de la humedad intensa al ambiente subtropical.


ALFREDO, ¡un descubrimiento como atleta y, sobre todo, como persona! Ya conocíamos algo, después de la aventura de “La noche de las Perseidas”. Fue un compañero ejemplar, ayudando en todo, haciéndonos fotos, y siempre con la sonrisa en la cara, dispuesto a echar una mano... Y, se ve que se quedó con ganas de más, ya que al llegar a meta, saltó el caballete de los chips como si fuera el último obstáculo.



Eva, en manos de su Elfo protector. Sabíamos que se le estaba jugando, e hicimos todo lo posible para que nos durase mucho, por lo menos todo el Genal. ¡No pudo ser! La perdimos en el poblado Pitufo, porque los pitufos quisieron nombrarla su Pitufina y quedarse con ella para siempre. No estuvo en nuestras manos luchar contra tantas hordas de hombrecillos azulados y la tuvimos que dejar en sus manos. Papa Pitufo, ¡cuídala! o saquearemos tu aldea.


EVA, ¡una gran luchadora!, hizo muchísimo esfuerzo, después de estar dos semanas parada por culpa de una rodilla, pero se lanzó a por la prueba como "si no hubiera un mañana"... Al final, se quedó en el pueblo de los Pitufos, con "mi Pitufina", acompañándola en los avituallamientos posteriores. Se merece la medalla de Finisher, como el que más, y ya tiene próximo reto a la vista.



Alfredo se buscó una novia con un enfermedad cianohematoidea que teñía la piel de azul y te provocaba un desteñido horrible en toda la colada. Al final no hubo boda, y la pitufina rubia acabó lanzándose por un precipicio desconsolada por la incomprensión. ¡¡Son cosas del amor... Y de los desteñidos!!


Paecito era nuestra mascota. Era el que tenía menos rango en las apuestas, pero cada decena de Km que hiciera sería toda una bendición del cielo. Al final, dijo la de aquél: «Si yo estoy más fuerte que el pellejo de breva, ¿para qué me voy a quedar por el camino?... La termino, y punto.»


De ISRAEL, ¡¡qué decir de este “pedazo de tío”!! ¡¡Grande, como persona y como deportista...!! Nos hizo llorar a todos, después de su llegada a Meta. Pero no sólo a nosotros, sino a todos los que estaban allí, esperando para ver la entrega de trofeos, y al final, asistimos a la Ceremonia más entrañable vista nunca. Se quitó el mal sabor de boca de pruebas anteriores. Y esto, lo recordará siempre, al igual que yo y el resto de los que allí estabamos.



El Morillo, llevaba la procesión por dentro. Aquello era bonito, e ir con los amigos alucinante... Pero hacer que el cuerpo aguantase impasible la torta de Km que se estaban pegando, lo sometió a una liturgia que nos lo tuvo a ráfagas todo el tiempo: decía: "Tiro yo que es que estoy muy mal" y nos dejaba a todos sin respiración siguiéndole.


DANI, ¡un crack!, y uno de los mayores “liantes profesionales”, que me metió en el "embolao" éste y, al que estaré siempre agradecido, porque ha sido una de mis mejores vivencias. Pasamos buenos momentos, malos, sueño, hambre... pero teníamos que llegar "como fuera", y al final, lo conseguimos, después de muchos kilometros andando con "los palillos" echando humo. «-Aunque no me quieras entrenar porque ya tenga entrenador, ¡¡¡Gracias por todo!!!»



Un pitufo se hizo la casa apartada del poblado Pitufo. Le llamamos, y nos invitó a un puding de castañas y una salsa de setas, pero no quiso dar la cara, porque el anochecer estaba al caer, y Gárgamel se las gasta muy traicioneras...



Y CRIS, ¿qué decir de ella?... ¡Sin ella, no hubiera sido posible nada de esto! Siempre ayudando, sonriendo, y animando, a pesar de las preocupaciones por todos... Ha hecho grandes amigas, yendo de avituallamiento en avituallamiento, y ya se ha apuntado a la siguiente prueba, esta vez "para participar". Todo, puedo resumirlo, en que tenía previsto estar cada 2 avituallamientos, y al final, le rogamos que nos esperase en todos, para animarnos, porque si no, no llegábamos al final. ¡¡¡GRACIAS!!!





Tener a Cris en cada avituallamiento, es como saber que después de una jornada de camino por el desierto, encontrarás seguro un oásis con spa, mil aromas enervantes, elixires recuperadores e hidratación de ensueño.


Para mí, una experiencia única e irrepetible. Espero hacer más pruebas y convivir con esta maravillosa gente a la que por suerte y gracias a Twitter he conocido. Sí, de casualidad pero... ¡¡Qué GRAN casualidad!!



Termino ya, recordando que el viernes me llamó un amigo para felicitarme y al relatarle la aventura que viví el día siguiente me dijo:

«-Has visto la Luz al final del Túnel».

RAFAEL PRIEGO. 


Alfredo, tomando posesión del Jardón, después de la odisea de su búsqueda desde Jubrique. Un error en el balizado, incrementó en casi 10 km, la distancia desde Jubrique, para luego no encontrar ni agua en el avituallamiento. La coronación, más que una proeza conseguida, es una liberación de descargas anímicas por la cantidad de revueltas efectuadas hasta llegar a este punto.


«LAS CARAS DE MIS COMPIS, HACIENDO EL GENAL»


En el último post Evita decía «-¿Qué pasará en el Valle del Genal?»... Y desde luego, nadie lo podíamos imaginar... No me voy a parar mucho en los "ruidos sospechosos" a las 3 de la mañana, en la habitación de Morito y Paecito, ni en lo bonito que es el Valle, ni en el burro, que se hizo amigo de Eva...,  sino en lo que vi en los rostros de cada uno de mis compañeros conforme se iba desarrollando la carrera.


El sitio donde estaban todos los castaños del mundo, pegados unos a otros. La "Fagus castanea" en todo su esplendor, tomando ya unos tintes ocres y amarillentos, típicos del zénit del otoño y de la maduración del fruto. Un magnífico entorno para que los pitufos y los gnomos desarrollasen su vida ajenos al mundanal ruido.



La salida fue dura, también para mí... Iban mis compis a vivir una aventura y yo no… ¡¡Joooo!!… ¡¡¡Me quedaba sin uñas!!! Pero luego, me fui dando cuenta de que mi sitio era ese, y era, en aquél momento, donde tenía que estar .




Cris con Papá Pitufo. siempre feliz, y siempre con soluciones para todo. Cris le pidió un autógrafo, pero se negó a dárselo, alegando que la tinta la había robado Gárgamel. Aún así, le dio un beso y la invitó a volver, cuando ella quisiese.



Poderlos recibir en los avituallamientos y poder colaborar en que su aventura para que en pequeños momentos fuera en algo distinta, para mí fue algo muy gratificante, y sobre todo, darme cuenta de cómo  la amistad y el cariño se está forjando entre nosotros.



De cada uno de ellos percibía…


Las kabras expedicionarias toman al asalto el kastillo de Gaucín. No encontraron resistencia. Todos sus defensores huyeron despavoridos. Las kabras llevaban veneno de rana de fuego en la punta de sus bastones y eran supercrueles con el enemigo. Eva fue nombrada Alcaidesa de la fortaleza, pero renunció alegando que era otra su misión, y había que conquistir el Valle por completo.


De Evita, está claro, ¿quién? lo da todo por un objetivo…., radiabas energía, te comías el valle, tu corazón te hubiera llevado a cualquier sitio, y por supuesto, a terminar la carrera, ¡y lo sabemos!... Pero, hay momentos en que la razón tiene que ganar al corazón, y tú lo supiste... Esa, es la clave de la sabiduría y has demostrado que la tienes. En ningún momento, aprecié cansancio, aunque sé que lo había... Sólo vi, cuando llegó el momento, resignación.


Alfredo muestra la opción "No palillos". Buenas piernas, equilibrio, manos libres para bracear y apoyar en los vastos en las subidas verticales, y equipo reducido a la mínima expresión.


Alfredo: ¡¡¡qué tío!!!,  ¡¡lo que hubiera dado por ver ese salto de meta en directo!!... Te ibas creciendo, y en tu cara el cansancio iba desapareciendo... ¡Vamos!, que la "cervecita" creo que tenía algo, estaba hecha -seguro-, con agua del Genal. Me alegra mucho haber coincidido en esta aventura contigo... ¡¡¡Qué buena gente eres..!!!


Momento de reagrupamiento en los primeros 50 Km. Las kuestas, nos subían las pulsaciones al máximo, aunque no trotásemos en ellas, y las caras, a pesar de las sonrisas, muestran el terremoto de aniquilamiento sufrido hasta alcanzar la cota más alta.


Paqui, ¿qué puedo decirte?... Vi tu transformación, conforme pasaban las horas...  las ojeras de las migrañas desaparecían y tu rostro se embellecía con el transcurso de la carrera... Pude comprobar tu cambio en "mariposa" sobrevolando el Valle. ¡¡¡Eres una persona muy especial !!!


Los dos laureados de la expedición. Una con su trofeo de la FAM y por kategorías, y otro con su Medalla de Fínisher "ganada a pulso", su escoba, "ganada por amistad" con Pumuki, y sus llaves del Genal, "ganadas por romperle el corazón" a todos los que estábamos allí.


¡¡¡Morito !!! ¡¡¡Qué grande eres !!!  Un deportista ejemplar y un compañero inigualable. Al verte, me transmitías la alegría de ¡¡¡otra barrera superada!!!, la alegría del que lo valora, porque sabe lo que es el sufrimiento en una prueba tan dura… ¡Qué guay!!!... ¡¡¡Ahh…!!! “¡¡Cada uno se quita la mochila como quiere!!”


El mónstruo de la ciénaga atacando a la incauta parejita en una película de gore de barrio. Después de 70 km, nos quedaban, prácticamente otros 70 bajo la luz del frontal para dar por terminada la tourneé sur la fleuve du Genal. Con toda su dureza, el Genal es bastante light en el tema técnico, y salvo excepciones contadas, todos sus senderos y pistas son altamente amigables y accesible.


Juanma, nada más empezar la carrera, se creó un halo de luz alrededor de su cara. ¡¡Transmitías la alegría de un niño que se lo está pasando bomba!!, la serenidad de la experiencia, la preocupación de que cada una de tus kabrillas estén en su lugar para tú poder disfrutar y poder llevarlas a cumplir su sueño en la medida de lo máximo posible, ¡y así lo hiciste!


Los primeros 50 Km de Paecito se atragantaban en las kuestas imposibles para que él pudiera seguir el ritmo al grupo. Con todo, en su interior, se estaba produciendo el milagro. Su metabolismo estaba cambiando de los carbohidratos a los ácidos grasos, y esa energía extra, de la que él disponía más que nadie, lo convirtió, nada más darle su Papi, la alternativa en el Jardón,  en un Titanic arrollador e incansable que hubiera seguido corriendo si la meta la ponen 20 Km más tarde.


Más que el Pitufo Paecito, Isra parece un Hobbit mediano de la Komarka Bolsón. Gandalf lo protegía de todos los males, y Frodo, Moro, Papi, Arevalo y las kabrillas lo acompañaban en su viaje hasta que al amanecer encontró al Smigool que lo llevó a meta, sin sucumbir a los desfiladeros de Mordor.


Tú, Israel, tenías en el rostro el sufrimiento, pero, como bien demostraste, en el corazón, tenías la victoria. Te hubiera acompañado en todos los avituallamientos, pero... tenía que elegir. Mi ¡¡enhorabuena!!, por tu valentía, luchando solo desde el Jardón por todo el Valle.


A Rafa, no le pareció bien la konquista del kastillo de Gaucín, y lo abandonó rápidamente kual "tierra kemada". El Molino del Kapitán, esperaba impaciente y desafiante como el Abismo de Gelm.


Y de mi Rafalín, sabía, que si no era por algún percance físico, que lo ibas a conseguir... En tu cara veía el cansancio, pero en ningún momento la derrota, y conociendo tu poder mental y el compañero de viaje que tenías, no lo dudé, ni un instante. El verte cruzar la meta fue de lo más emotivo y espectacular... ¡¡¡Eres maravilloso…!!!


Nuestro kaballero ultrero, y su musa y ángel de la Guarda, que con su espada protectora le iba abriendo y guiando el kamino.


Dicho esto, deciros que doy lo que haga falta por hacer un ultra con vosotros, y que si tiene que ser como acompañante, ¡allí estaré! ¡¡Ha sido todo un honor!!!

GRACIAS A TODOS

CRISTINA MALFEITO.

P.D. Quiero mencionar a Ana Belén, una palaciega sevillana, sin la cuál, el paseo por el Valle hubiera sido distinto y seguro que más duro en los tiempos de espera. Gracias.
 

Ella se quedó sin medalla, pero su labor, en horas, en recorrido, en disciplina, en insomnio, en sonrisas y en empatía, bien se hubiera merecido la medalla de Finisher, la de Beginner, y la de Developper. O sea... todas.

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