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miércoles, 24 de junio de 2015

GRITAMOS ¡¡OLÉ!!, A LOS FINISHERS DEL HOLE (23-3-2015)


«Bailando con lodos»
 
¡Hola corremontes!

¡Ronda!, allí estábamos de nuevo, en ese rincón de Málaga, que desde hace un año, es mi sitio recurrente al que acudir a participar en alguna de las muchas pruebas que allí se celebran. Para el que no lo conozca, resulta difícil explicar lo bien que organizan allí las cosas, cómo se vuelca la gente de los pueblos, la insustituible labor de l@s voluntari@s...


A José y a mí, esta carrera nos iba a permitir quitarnos la espinita que todavía teníamos clavada, por no haber podido finalizar la Ultra Acinipo en el mes de enero, por riesgo de hipotermia. Además, de servirnos como entrenamiento para los 101 km, para los cuáles hemos tenido la inmensa fortuna de conseguir sendos dorsales.




 «En el kajón de salida... Tic tac tic tac».


Las lluvias caídas los días previos a la carrera, ya, nos hacían presagiar que íbamos a conocer el ya denominado “país del barro”, aunque en ese momento no sabíamos cuánto…


El sábado por la mañana nos levantábamos muy temprano y a las 7,00 h salíamos de Córdoba en dirección a Ronda. Después de dos horas de camino, con parada incluida para el desayuno, aparcábamos en el polígono industrial “El Fuerte” a unos 10 minutos de la salida.




« Nuestra ekipación para el Homenaje a la Legión ya está akí!!! Está chulisima!!!» 



Parecía que las anginas me iban a dar un respiro y confiaba en poder disfrutar de la carrera. Todavía teníamos tiempo, así que tranquilamente nos acercamos al cajón de salida para el sellado del dorsal donde empezaban a aglomerarse los corredores, ¡Somos nada más (y nada menos*) que 2.000 trail-runners! Mucha gente de todos sitios, muchos amigos, muchas ilusiones, nervios a flor de piel, miradas dirigidas hacia el cielo… y comienza a chispear...


A las 10:00 h, cohetazo al canto y tiene lugar la salida. Empezamos a trotar por las calles de Ronda en dirección al Puente Nuevo, atravesamos toda la ciudad hasta llegar al barrio de San Francisco.


El ambiente era único e inigualable. Los ánimos de la gente llenaban las calles de Ronda. A la salida del pueblo nos aguardaba la serranía rondeña con sus temibles cuestas, el frío, la lluvia (ese molesto txirimiri que nos acompañaría toda la jornada), pero sobre todo muchísimo barro.



Salimos de Ronda por la Cañada Real hacia Cortes de la Frontera... De momento, asfalto, y avanzamos sin problema. Nos encontramos con nuestro compañero Gabri, y vamos hablando un rato con él. Le deseamos «¡suerte!», y seguimos con nuestra carrera... 



El tránsito por la Kañada Real, ya empezaba a dejar ver lo ke nos íbamos a enkontrar por el kamino. En las kunetas, ya rezumaba el agua de una tierra empapada ke ya no podía filtrar más agua para los akuíferos.


Poco después, también alcanzaríamos a Marcillo, Tere y Auxi, compañeros de "A toda Pastilla"; a Estrella, de "Los Pretorianos de Tomares", y sin darnos cuenta, estamos metidos en faena, ya que empezaba la primera cuesta hasta La Canchuela y empezaba a aparecer el barro…


Conforme bajamos, el camino cada vez presentaba más barro y la siguiente subida para llegar al primer avituallamiento (km 4,8), comienza a ser penosa. Continuamos subiendo por un terreno fangoso que parecía una pista de patinaje. Pero el suplicio no acabaría aquí, ya que la bajada hasta la estación de Benaoján, sería una auténtica odisea. Vi numerosas caídas… aunque, en nuestro caso, las zapatillas Ultra-Raptor hicieron bien su trabajo, lo que nos permitió avanzar rápido y con seguridad.



El tránsito por la kalle principal de Benaoján, Un respiro de asfalto entre tanto barro.


Y así, llegamos hasta el 2º avituallamiento (km 10: la estación de Benaoján), donde pudimos descansar del barro ya que toda esta parte discurría sobre asfalto. Subimos hasta el pueblo de Benaoján, y allí caminamos un rato con "Los Tercios". A la salida del pueblo, se separaban las dos modalidades de carrera, continuando los de la marcha larga por la carretera que sube hasta Montejaque.


En el avituallamiento, nos agasajarían con una deliciosa torta, que me supo a gloria, y me daría fuerzas para emprender la subida hacia la ermita. Había un vecino del pueblo repartiendo jamón, y José no dudó ni un momento en acercarse a él. No sé cómo lo hizo, pero consiguió ¡hasta una cerveza…!, ¡jajajá!




 Las 9 revueltas de la Subida desde Montejake a la Ermita de la Eskarihuela.  Todos esos zig-zags la konvierten en una subida preciosa, aunke en los 101 es una bajada, y normalmente, nocturna...


Y comienza la temida subida a la Ermita de Montejaque… Aunque no era la primera vez que pasaba por allí, todo me resultaba nuevo e inexplorado, ya que en los 101 km de la edición pasada, cuando llegué aquí era noche cerrada.


La bajada al cruce con la vía, la hacemos bastante bien, porque el camino no estaba enfangado, y rápidamente, llegamos al 4º avituallamiento (km 18), donde me dio por no coger un riquísimo sandwich que ofrecían, y de ello, me acordaría el resto de la carrera. Pero a lo "hecho, pecho"...



Entrada del Kuartel de la Legión... «Pero ké buen ritmito llevábamos ahí... ¡¡jajajá!!».


Y ya, vamos camino del Cuartel de La Legión, donde nos cruzamos con participantes de la marcha corta, que enfilaban ya sus últimos kilómetros. Este sendero estaba muy resbaladizo por el barro y como tuvieras la feliz idea de pararte allí te quedabas "pegado"… Así que, rodeados de resbalones y caídas, alcanzamos el Cuartel (Av. 5). No podía creerlo, ya íbamos por el km 20,2 y ¡¡se me había pasado en un plis-plás!!


A la salida del Cuartel, nos dirigimos camino del cortafuegos de La Coronela, zona completamente embarrada también... En algunos tramos, era un auténtico lodazal. Pero como "Dios aprieta pero no ahoga", el hormigón, nos da un respiro en la bajada por el camino de La Amarilla y posterior subida por Los Frontones. Allí, ya nos encontrábamos en el km 28 (Av. 6).


Próxima parada: sería Arriate (km 31,7). Llegamos a las 14,50 h y me sorprendo del buen ritmo que llevo. Me esperaba un bocata, pero, ¡vaya chasco!... Plátanos, naranjas y las dichosas barritas energéticas… Me pregunto si «¡¿es que ya nadie come normal?!»... Mi imaginación vuela... y no hago más que pensar en un ¡bocata de lomo!, que me daría la vida… Así que, proseguimos nuestro camino, a ver si hay más suerte en el siguiente avituallamiento («¡¡que ya digo, desde ahora, que tuve que esperar hasta llegar a meta para comerme un dichoso bocata!!»).


Este tramo se me hace eterno... Empiezo a acusar el cansancio acumulado, la incompleta recuperación de La Bandolerita (que hice hace dos semanas), las anginas, etc... y llegar al siguiente avituallamiento (km 36, Puente de la Ventilla), me supone una auténtica tortura... Pero llego.



 Es kurioso, ke el perfil siga mostrando esas aristas angulosas, pues kon tanta lluvia kaída y tanto barro, lo normal, es ke todos esos vértices, se hubieran "despatarrado"...


A partir de aquí, la carrera ya no tenía esas cuestas tan impresionantes y se podía correr con más facilidad. Pero a mí, ya me ha visitado el "
Tío del mazo", y me cuesta hasta dar un paso tras otro. Las piernas ya no me obedecen: han decidido ir "a su flor"… Así que, aquí, se esfumó la posibilidad de finalizar en 7 horas. 


Cruzamos la carretera a través de la canalización que hay por debajo y que llevaba un caudal de agua considerable. Pasamos por la Bodega Los Aguilares, para salir al camino del Pilar de Coca (km 40). Bajamos por la cuesta del Vinagrero y pasamos por el paso subterráneo bajo la circunvalación de Ronda…





«Así kedaron nuestras zapatillas después de darles kon la manguera... ¡¡Olé kon Hole!!» 


A lo lejos, ya se divisa Ronda, y aunque el camino era un completo lodazal, ya, sólo nos importaba llegar... Así que, metidos en el fango "hasta las orejas", alcanzamos el barrio del Padre Jesús. Ya en el casco urbano, subimos la cuesta del Convento, donde nos paramos un rato a admirar el Tajo. El Puente Nuevo lo enfilamos "al trote", y yo, casi sin poder creer ¡que lo había conseguido!...


« Pero ni las anginas, ni la lluvia ni el barro ha podido kon nosotros... ¡¡¡Yuuujuuuu!!!»


¡¡Estamos cruzando el arco de meta en la Alameda…!! ¡Juntos…! ¡De la mano…! ¡¡Y no puedo evitar dar un salto!! Ahí quedaban 8 horas y 12 minutos de frío, lluvia y muchísimo barro, pero también, de intensas emociones, de reencuentro de amigos y de realización de otro sueño…


¿Qué... se puede pedir más...?


YOLANDA LÓPEZ.


 «Limpitas komo el jaspe, para darles "tralla" otra vez...¡jejejé!».


         XI HOMENAJE A LA LEGION 101, HOLE, Sábado 21-3-2015, Ronda, 49 Km.

           Yolanda López, 8:12:51 C-VetAF 20ª Pr: 10'16" Gral 529/70F
           José A. Urbano,  8:12:52 C-VetDM 63º Pr: 10'16" Gral 530/461M    

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