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miércoles, 17 de junio de 2015

«KORRER KON DORSAL ES KOMO UN AKTO SEXUAL...»(30-4-2007)


Y cruzar la meta -con "muy buenas sensaciones"-, un auténtico "orgasmo". Tal vez exagere un poco, pero, ¿a que es curioso que las metas tengan ese aspecto de “arco ternito”que nos espera impaciente -al final de todo nuestro esfuerzo físico y cuando ya estábamos casi a punto de claudicar y con las pulsaciones al máximo-, con las “piernas abiertas” a que crucemos por él?

Y el dorsal, es como ese “ligue impresionante” al que agarras apretadito a tu pecho, y con el que, tengas el cuerpo que tengas, incluso aunque no hayas dormido en toda la noche por los nervios, nada más ponértelo, sientes un subidón de testosterona que te hace que quieras quedar como un torero delante de él, dar el 180 % de tí mismo, “hacer una buena faena”, y que por nada del mundo quieres que te lo quiten... que no puedas “llevarte tu ligue a casa”.

Por eso, cuando ya has dejado de ser un trotón dominguero con tripa cervecera, el participar en una carrera de menos de diez kilómetros te sabe poco más o menos que a “eyaculación precoz”. Y si encima te quedas "a mitad de camino", porque tu corazón o tus fuerzas ya no te dejan seguir, sientes como un auténtico “gatillazo” que debe hacer que se enciendan en tu interior todas las alarmas.

El recordar carreras como una “San Antón”, una “San Silvestre Vallecana”, una “Eternal” o alguna que otra popular se produce, si tu retina lo aguanta, porque se evocan las escenas de un "primer amor" y lo "pardillo" que llegabas a esas "primeras citas", que en postreras ocasiones las olvidas casi en el mismo momento en que “las has corrido”.

El buen amante tiene que demostrar que lo es, que “controla”. Y debe hacerlo con parejas más exigentes como la Subida a las "Ermitas”, la subida de Cabra al Santuario N.S.Sierra o las medias maratones. 15 ó 21 kilómetros ya empiezan a ponerte a prueba. Castro del Río, Almodóvar, Puente Genil, Córdoba o Málaga son demasiado llanas y "facilonas"... Te empiezan a aburrir. Así que te empiezas a picar con otras un poco más "morbosas" como La Carlota, Marchena-Paradas, la Bélmez-Espiel o Cerro Muriano o las que superan los 21 como la de Écija, Andújar-Cabezo, etc.

Si quieres ser un amante experimentado y un experto en el “juego erótico previo” (de 2 a 3 meses de promedio), te tienes que “enrollar” seriamente con los 42,2 kilómetros de la Maratón. Empiezas “flirteando" con las llanitas como Sevilla, Ciudad Real, Barcelona o Valencia y te acabas “acostando” con las más duras como el “Mapoma” de Madrid, Jarapalos o el Alpino madrileño (MAM)...

Pero el cuerpo te pide más y más. Con el paso de los años (en mi caso, de los meses) notas “falta de chispa erótica” y el sufrido cuerpo agradece un poco de “sado-maso” hasta el punto de que el manido Filípides te llega a parecer un memo paticorto con fama inmerecida que no entiende para nada los “entresijos de la pasión” del ser humano.

Ahí comienza la “adicción al sexo”. El primer “chute erótico” es  la “Subida de Granada al Pico Veleta”: Cincuenta kilómetros sin parar de subir. “Flipas”. Y aunque acabas con las manos hinchadas por la altitud, el cerebro con hipoxia y los cuádriceps de cartón piedra, el "enganche" ya no hay quien lo pare. Te haces "adicto" a la página de Ultrawalking.net, de Ultrafondo, de “ultraduring”. ¿Dónde hay algo "realmente duro" (XXX) que me suba la adrenalina?

Llega un momento, en el que el sexo sólo es sexo si el acto sexual te “dura”, al menos, los cien kilómetros. Es decir, que “te pones a cien” (de la salida). Quien no haya hecho los “101 km. de Ronda” todavía no sabe de la materia de la que está hecho ni cuáles son sus límites. El estar 16 ó 18 horas sin parar de correr, o de trotar, o de andar, con las piernas llenas de contracturas y ampollas en los pies, subir resoplando la “Cuesta del Cachondeo” y terminar esprintando los últimos 600 metros por las calles de Ronda hasta entrar con los brazos en alto en la Alameda del Tajo es, para mí, el símil más parecido a un orgasmo: “Algo que jamás podría expresar ni describir con palabras”. La única manera viable de hacerlo es invitaros a que os inscribáis y a que lo viváis. Si sentís lo que yo, me temo que ya estaréis también irremisiblemente "enganchados".


Mis 100 de estos 3 meses incluyen junto a Ronda, las ’67 millas Romanas de Mérida”, y los “100 Km de Madrid en 24 horas”. Al estar en año impar no se convoca la “Hiru Haundiak” que hubiera sido un magnífico broche para el ciclo. En el 2008 caerá. Ojo: no me siento héroe ni especial en absoluto. Esto lo hace cualquiera que no sea "mojigato en el amor".

¡¿¡ Qué más le puedo pedir a mis hormonas !?! Tal vez, enrolarme en los siete días del “Maratón des Sables” o De las Arenas o en cruzar el “Death Valley” en California, pero esas "novias"  aún me dan un poco de miedo, así que tendré que ir "desnudándolas" poco a poco.

Desde luego que correr sin dorsal y “disfrutar haciéndolo” también está muy bien. Algunos, llaman a eso, “entrenamiento”. Yo... que quieren... yo le llamo “masturb...”


JUANMA PEDROSA.
(Enamorado del atletismo).
Abril de 2007.


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