Teníamos una princesita que bautizar y se formó un gran kortejo de Kabras para la ceremonia.
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| Vero, Clemen, Paqui, Salvi, JuanMa, Alfonso, Javi, Dani, Fer, Rosa, la Princesita y Luis. Todo preparado en Palacio... |
La prueba era: «o superaba el trance, y volvía entera y con los pies debajo del cuerpo, o el comité peluquero de la Kongregación Templaria de Kabras Lokas, constituido por el Condestable vicepresidente, el cruel Tesorero del calabozo y el intendente emérito de atletismo le cortarían la koleta». ¡¡¡Pobre princesita!!!
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| Su suerte estaba echada. Los nervios atenazaban a la Princesita. |
Papi, no podía permitirlo. Cortarle la koleta a una de sus kabrillas más jóvenes, y toda una princesita... Así que sacó el kable de acero de la katapulta landrovesca, y se puso a tirar de ella como un kondenado a galeras, para que la princesita diera la talla y conservara su koleta.
¡¡Estaba entusiasmada!! En un principio, su korazón se le salía por la boca. Disfrutaba con el paisaje que le ofrecía el kortejo de Kabras, pero sus pulsaciones hablaban de que las emociones se estaban pasando de fuertes e intensas a desacompasadas. ¡Qué dolor!
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| Las tinieblas de la noche envolviendo a la princesa, pero su Papi valiente, delante... |
Llegó al castillo del príncipe Velasco, pasó por el Marquesado de Pedroches, y por los arrabalitos de Santo Domingo, y cuando vio a lo lejos el castillo de Maimón, con toda su corte de caballeros ecuestres en la puerta, y aún le sobraron fuerzas para llegar al Tablero de ajedrez, se dio cuenta de que había superado la prueba. Su koleta seguiría intacta, y ya nunca más, nadie desafiaría a la princesita a decirle que no era capaz de internarse por el bosque de Sherwood o de Fangoorn.
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| La princesita Esther, ya contenta y dominadora de las sombras del bosque, escoltada por parte del kortejo de kabranakos. |
Bienvenida, princesita Esther de Kabrundia, al mundo del trail. Ya eres una auténtica Kabra Loka.
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